Ebikes
Baterías encantadas y pedales fantasmas: mi paseo en e-bike más espeluznante
Halloween despierta al amante de la adrenalina que todos llevamos dentro. Encontré la manera perfecta de disfrutar el ambiente aterrador con un «Tour guiado en e-bike de 2,5 horas: fantasmas, misterio e historia escalofriante», la actividad al aire libre mejor valorada del Área del Triángulo.
Cada año, cuando se acerca Halloween, busco experiencias únicas que combinen aventura con lo sobrenatural. Este tour en e-bike ofreció ambos aspectos de manera excepcional. Las bicicletas hacen todo el trabajo, así que no necesitas pedalear. Nuestro recorrido nos llevó a conocer los espíritus encantados del Asilo Mental Dorothea Dix, y exploramos la reputación de Meredith College como un punto caliente de apariciones fantasmales. La experiencia me dio una apreciación más profunda del misterioso pasado de la zona mientras disfrutaba de la comodidad del transporte moderno.
Un paseo frío de octubre

Sentí el mordisco del aire otoñal en mi rostro mientras preparaba mi e-bike para lo que se convertiría en uno de mis paseos más inolvidables; el clima era perfecto para pedalear. El aire fresco me impediría sobrecalentarme en las subidas y seguiría siendo cómodo para una larga aventura. La temperatura rondaba los 18 °C
El clima y el ambiente antes del paseo
Octubre trae magia para los ciclistas. El calor intenso del verano había dado paso a días templados y cielos despejados. El paisaje pintado en tonos ardientes me rodeaba mientras ajustaba mi casco. Esta belleza estacional no solo atrapó mi mirada: intensificó la sensación inquietante que buscaba.
Las multitudes del verano habían desaparecido de las carreteras. El silencio tranquilo se sentía diferente al caer la tarde. Lo que comenzó como un descanso agradable del bullicio ahora se sentía como soledad. Cada hoja que se movía me hacía mirar por encima del hombro.
Por qué elegí esta ruta
Había planificado esta ruta durante semanas. Las historias de eventos sobrenaturales me atrajeron hacia ella. Antiguos edificios bordeaban el camino, cada uno con su propia historia extraña: casas abandonadas con portones que chirriaban y puentes viejos donde la gente decía ver figuras oscuras.
La temporada de Halloween me hizo querer algo más que un simple paseo en bicicleta, aunque normalmente no creo en fantasmas. Las historias hablaban de senderos que pasaban por antiguas cabañas de madera, cementerios olvidados y granjas vacías. Eran la mezcla perfecta para una aventura de Halloween.
Mi ruta me llevaría cerca de una vieja mansión rodeada de leyendas oscuras. Las historias locales hablaban de personas que desaparecieron allí hace años. El camino también atravesaba bosques donde los ciclistas solían escuchar ruidos extraños al caer la noche.
Cuántos días faltaban para Halloween
Halloween estaba a solo tres días de distancia. Toda la zona vibraba de emoción mientras las decoraciones aparecían por todas partes. Calabazas sonrientes observaban desde los porches, mientras telarañas falsas se extendían entre los árboles y las vallas.
Una idea me llamó la atención. Decidí hacer mi propio paseo aterrador en lugar de unirme al grupo. De esta forma podría marcar mi propio ritmo y sentir verdaderamente el espíritu de Halloween.
Todo encajó perfectamente. La cercanía de Halloween tenía mi mente lista para cosas extrañas. Las decoraciones, el clima y la estación crearon el escenario ideal para lo que se convertiría en mi paseo en e-bike más escalofriante.
No sabía que mi simple elección de ruta me llevaría a eventos tan extraños que me harían cuestionar todo lo que sabía sobre mi confiable e-bike.
Las primeras señales: cuando mi e-bike comenzó a comportarse raro

Mi tranquilo paseo otoñal tomó un giro oscuro cuando mi confiable e-bike empezó a comportarse de forma extraña. Pequeñas rarezas pronto se transformaron en algo que se sentía casi… sobrenatural.
La batería se agotaba más rápido de lo normal
La primera señal de advertencia apareció cuando revisé el indicador de batería. La energía había bajado casi un 30 % después de solo unos pocos kilómetros, aunque la había cargado completamente antes de salir. No era normal: mi batería solía mantener una excelente capacidad incluso en recorridos largos.
El frío parecía el culpable obvio al principio. Las bajas temperaturas pueden hacer que las baterías se descarguen más rápido de lo normal. Sin embargo, la temperatura era de 18 °C, lo cual no explicaba una pérdida tan rápida de energía.
Seguí pedaleando y el indicador de batería bajaba más rápido que nunca. Normalmente las baterías empiezan a degradarse después de 500 ciclos de carga o unos 2–3 años de uso regular. En mi caso, la e-bike no tenía ni un año.
Pensé en varias posibilidades. Las conexiones de la batería podrían haberse aflojado al pasar por el camino lleno de baches cerca del viejo puente. El sistema de gestión de la batería (BMS) podría haberse descontrolado y activado algún modo de energía extraño.
Ruidos extraños del motor
La batería pronto dejó de ser mi principal preocupación. El motor empezó a emitir sonidos que nunca había escuchado. Un zumbido bajo y siniestro se transformó en algo peor: un ruido metálico que se intensificaba cada vez que aceleraba.
Los motores con engranajes normalmente emiten un leve zumbido, pero este chillido agudo señalaba problemas con los rodamientos internos. El rechinido se volvía más fuerte al subir cualquier pendiente, por pequeña que fuera.
«Esto no está bien», murmuré mientras la oscuridad me rodeaba. El sendero del bosque se extendía sin fin frente a mí, y los árboles proyectaban sombras largas sobre el camino.
Los sonidos del motor cuentan historias específicas: el rechinido suele indicar que algunas piezas se han desplazado o desgastado. Algo rozaba donde no debía. Un nuevo clic se sumó a la mezcla, probablemente piezas sueltas golpeando entre sí.
Lo más aterrador fue un zumbido extraño que aparecía de vez en cuando, tal vez por un cableado defectuoso o un problema eléctrico. Con Halloween tan cerca, mi mente empezó a imaginar razones mucho más espeluznantes para esos sonidos.
Asistencia de pedaleo sin respuesta
La descarga rápida y los ruidos extraños no fueron el final. Mi sistema de asistencia al pedaleo se volvió loco. A veces daba toda la potencia de golpe y al minuto siguiente no hacía nada, sin importar el modo seleccionado.
Miré si la luz indicadora se encendía al pedalear. Esta pequeña luz roja, situada cerca del cuadro junto al anillo magnético, debería iluminarse al funcionar. Esa noche parpadeaba al azar: a veces tenue, a veces apagada.
La desalineación del sensor suele causar fallos en la asistencia al pedaleo. El sensor del brazo de la biela debe alinearse con el anillo magnético del buje. La linterna del móvil mostraba todo en su lugar, lo que lo hacía aún más misterioso.
El controlador podía ser el verdadero problema. Es el “cerebro” de la e-bike, el que coordina cómo se comunican todas las partes. Un controlador dañado puede hacer que todo funcione de forma errática. Los fallos aleatorios suelen deberse a conexiones sueltas más que a un fallo total.
Faltaban tres millas para llegar a casa, la oscuridad caía y mi bicicleta seguía empeorando. Mi apacible paseo otoñal se había convertido en algo mucho más aterrador. Ya no eran solo problemas técnicos: algo se sentía extraño, especialmente en una ruta con tanta historia misteriosa.
El camino encantado: encuentros espeluznantes en el trayecto

El sendero común se transformó en algo siniestro mientras me adentraba más en la ruta planeada. Cada pedalada hacía que el bosque pareciera cerrarse a mi alrededor. La atmósfera habría hecho temblar incluso al más valiente fanático de Halloween.
Una figura sombría cerca del viejo puente
Las leyendas locales volvieron a mi mente cuando me acerqué al antiguo puente de piedra. Los cuentos de fantasmas habían hecho famoso ese lugar, especialmente por las figuras espectrales que aparecían sin aviso. Muchos ciclistas aseguraban haber visto formas sombrías que se desvanecen al acercarse.
Nada especial destacaba del puente —solo piedra desgastada arqueándose sobre un pequeño arroyo—, pero algo exigía atención. La luz de mi bicicleta titiló a mitad del cruce, proyectando sombras extrañas en los soportes del puente.
Una silueta apareció al final, inmóvil, observando desde el otro lado. Historias hablaban de un niño fantasma que lanzaba monedas al agua desde ese mismo puente. Risas y chapoteos resonaron, pero cuando dirigí la luz hacia el sonido, no vi nada.
Cuando la tecnología se encuentra con el terror: la e-bike se vuelve rebelde

La casa abandonada quedó atrás justo cuando las cosas se pusieron realmente aterradoras. Lo que comenzó como pequeños fallos técnicos se transformó en algo nada normal: mi e-bike parecía tener mente propia, casi poseída por el espíritu de Halloween.
Los pedales se movían solos
De repente, los pedales comenzaron a girar por sí solos. Aún más extraño, giraban sin resistencia, como si se tratara de una bicicleta de piñón fijo. Intenté pedalear hacia atrás para recuperar el control, pero apenas se movieron antes de trabarse, como si la cadena estuviera a punto de salirse.
Cuando levanté el asiento de la bici para revisar, mis sospechas se confirmaron: la rueda solo giró unas pocas veces antes de detenerse, mientras los pedales seguían moviéndose por su cuenta. Fue profundamente inquietante, como si alguna fuerza fantasmal hubiera tomado el control de mi bicicleta.
GPS redirigiendo hacia rutas desconocidas
Mi sistema de GPS se volvió loco al mismo tiempo. El mapa se congeló por un momento y luego mostró rutas que nunca había programado. Mi itinerario planificado desapareció, reemplazado por direcciones que llevaban más profundo al bosque oscuro, hacia zonas que no conocía.
Esto coincidía con informes de un error de firmware que afecta a ciertos ordenadores de bicicleta y que restablece fechas o interrumpe conexiones GPS. Los ciclistas suelen hablar de mapas congelados, rutas equivocadas y pérdida total de señal que deja lecturas sin sentido.
Mi sistema de navegación de confianza me señaló lugares que nunca había visto: viejos edificios abandonados y senderos cubiertos de maleza que no aparecían en ningún mapa oficial.
La batería del teléfono se agotaba simultáneamente
La batería de mi teléfono se desplomó del 93 % a casi nada en menos de dos horas, como si estuviera planeado. Se descargó así de rápido aunque apenas lo había usado, solo para comprobar mi ubicación de vez en cuando.
Las aplicaciones de e-bike suelen consumir mucha energía. Otro ciclista compartió cómo su batería Samsung pasó del 93 % al 2 % durante un recorrido de 38 millas que duró dos horas. Mi situación coincidía exactamente, y cada porcentaje que caía me hacía sentir más solo.
Todo se sentía mal: los pedales no respondían bien, el GPS me desviaba y mi teléfono moría. Con Halloween a solo tres días, me preguntaba si se trataba solo de problemas técnicos o de algo más inquietante, acorde con la temporada.
Mirando atrás: qué hizo este paseo tan inolvidable

Ya de vuelta a salvo en casa, no puedo dejar de pensar en lo que ocurrió allá afuera justo antes de Halloween. Esta extraña experiencia me ha dejado con más preguntas que respuestas.
¿Fue solo un fallo o algo más?
Los fallos técnicos podrían explicarlo todo. Pero mi experiencia coincide con lo que muchos otros ciclistas han contado. Un estudio del Reino Unido muestra que los ciclistas enfrentan situaciones “muy aterradoras” cada semana. La mayoría cree que estos problemas podrían solucionarse, pero sienten que las soluciones están fuera de su control. Tal vez mi historia de la e-bike embrujada no sea tan inusual después de todo.
Cómo la vibra de Halloween amplificó el miedo
Sin duda, la época lo hizo todo peor. Las casas estaban cubiertas de decoraciones de Halloween y la temporada traía consigo su propia atmósfera espeluznante. Mi mente estaba lista para ver lo sobrenatural en todas partes. Un comentario de un aficionado al ciclismo sobre senderos embrujados señalaba que “las historias de fantasmas y maldiciones proyectan una sombra inquietante” sobre rutas normales. Ese truco mental puede convertir simples fallos técnicos en algo que parece sobrenatural.
¿Lo haría de nuevo?
Sí, pero con algunos cambios. Revisaré completamente mi bicicleta la próxima vez, llevaré algunos amigos y me quedaré en caminos con mejor iluminación. Un ciclista dijo que su experiencia aterradora “no me ha disuadido del ciclismo de montaña”. El placer de enfrentar nuestros miedos hace que Halloween sea especial. A veces, los paseos más aterradores se convierten en nuestras aventuras más memorables.
Conclusión

Mi aventura espeluznante en e-bike estuvo a la altura de su nombre y combinó misterios técnicos con escalofríos de Halloween. Mi bicicleta de confianza pasó de ser una compañera fiable a parecer casi sensible durante este recorrido. Venía con pedales que se movían solos, ruidos fantasmales y un comportamiento de batería inexplicable.
Puede que todo tenga una explicación técnica. Las e-bikes tienen sistemas electrónicos complejos que pueden fallar de maneras muy extrañas. El hecho de que ocurriera justo tres días antes de Halloween me hace preguntarme si algo sobrenatural tomó el control de mi transporte de dos ruedas.
Un sendero del bosque, una casa abandonada, figuras sombrías y luces misteriosas crearon el escenario perfecto para esta experiencia inexplicable. El silencio inquietante de los caminos otoñales hacía que cada ruido y cada luz parpadeante se sintieran más intensos. Los fallos normales parecían extraordinarios en este contexto.
Este paseo me enseñó algo importante sobre el ciclismo: los viajes más memorables ocurren cuando los planes se tuercen. La experiencia me asustó en algunos momentos, pero me dejó una historia que compartiré en reuniones de Halloween durante años.
Saldré de nuevo a otro paseo al anochecer la próxima temporada de Halloween. Esta vez llevaré batería extra, revisaré dos veces mi e-bike y traeré a un amigo valiente o dos. Pedalear por senderos embrujados en época de sustos ofrece emociones que ningún evento organizado puede igualar.
Los ruidos extraños o las descargas rápidas de batería de mi e-bike ahora me hacen sonreír al recordar aquella noche. Algunos paseos se quedan contigo para siempre, especialmente aquellos que difuminan la línea entre la realidad técnica y el misterio de Halloween.





























